El ‘caso Becciu’ está causando “sufrimiento” entre los cardenales en las reuniones previas al cónclave de estos días, afirmó este lunes a los periodistas el purpurado italiano Fernando Filoni a su llegada al aula del Sínodo donde se celebran las congregaciones.
El que fuera poderoso sustituto de Asuntos Generales de la Secretaria de Estado y prefecto de la Causa de los Santos “es una persona estimable”, pero esto no significa que “no sea culpable”, dijo, por su parte, el veterano italiano cardenal Giuseppe Versaldi respondiendo a los periodistas.
El temor era que su exclusión hiciese invalidar el voto en la Capilla Sixtina, mientras los analistas explicaban que los cardenales tampoco podían tomar la decisiones de excluirle ya que esto sólo lo podría haber hecho el papa con anterioridad.
Becciu participa en las congregaciones generales como el resto de los 252 cardenales, de los que 134 entrarán en el cónclave al ser menores de 80 años y las estadísticas del Vaticano le cuentan como no elector.
El cardenal italiano, de 76 años, fue condenado a 5 años y 6 meses de cárcel por un caso de irregularidades financieras y ahora está a la espera de la resolución de su recurso.
En 2020, Francisco lo suspendió, despojándolo de los “derechos asociados al cardenalato” tras conocerse su implicación, pero no suspendió sus deberes y entre los que corresponden a un cardenal está la elección de un nuevo papa.
“El papa reconoció mis prerrogativas cardenalicias como intactas ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave ni petición de mi renuncia explícita por escrito”, declaró el pasado martes Becciu al diario ‘Unione Sarda’.
Becciu, primer cardenal juzgado por un tribunal penal del Vaticano, también fue condenado a inhabilitación “perpetua” para ejercer cargos en la Santa Sede.
El escándalo estalló al trascender la compra de un edificio en el corazón londinense, en Sloane Avenue, una antigua sede de las galerías Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea.
Además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros cometidos presuntamente por Becciu, como las donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación, vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento presidía uno de sus hermanos