La falta de recursos y el difícil acceso a estas áreas montañosas ha obligado a los equipos de rescate y ciudadanos a extraer los cientos de víctimas de los escombros con utensilios domésticos y enterrarles en fosas comunes en el cementerio de Martouba, a una veintena de kilómetros de distancia.
Por ello, las autoridades enfrentadas del este y oeste que se dividen el poder ejecutivo, pidieron ayer a la comunidad internacional ayuda humanitaria, incluida maquinaria pesada, material médico y alimentos. Los equipos enviados por Turquía, que apoya al Gobierno de Bengasi (este), fueron uno de los primeros en llegar por vía aérea para ofrecer personal de búsqueda y rescate submarino así como asistencia logística.
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El Presidente del Consejo Presidencial, Muhammad Manfi, declaró ayer varias provincias de la región noreste de Cirenaica como “zona siniestrada”, incluida Derna, y avanzó haberse puesto en contacto con países como España e Italia para coordinar su apoyo.
Algunas localidades como Susa, a apenas 80 kilómetros de distancia de Derna, se encuentran sumergidas bajo el agua y la ayuda todavía no ha llegado mientras los cadáveres se agolpan en las costas, señaló el director del Servicio de Ambulancias y Emergencias local, Hamdi Al Hassi.