Durante la máxima que se llevó a cabo en la tarde del 5 de septiembre, el juez Timothy Kelly sentenció a la cabecilla de la organización ultraderechista y activista Proud Boys, Enrique Tarrio.
“Ese día se rompió nuestra tradición ininterrumpida de transferir pacíficamente el poder”, expresó el juez de distrito durante la reciente audiencia.
El hombre de nacionalidad cubana recibirá 22 años de sentencia. Precisamente, el exlíder ingresará a de prisión por se ha catalogado como “líder último de la conspiración”, quien se supone habría organizado el asalto al capitolio de EE.UU durante el 2021.
Con 39 años de edad, el activista y político se refirió ante el tribunal de la corte federal del Distrito de Columbia antes de que fuera sentenciado y afirmó que durante la toma del Capitolio de Estados Unidos fueron “vergüenza nacional”.
También esta condena es la más alta de todos los implicados en los hechos y llega después de que otros cuatro cabecillas fueran condenados la semana pasada a entre 10 y 18 años de prisión.
Cabe mencionar que, esta sentencia al líder de grupo de fanáticos del expresidente Donald Trump es una de las máximas que se han impuesto en la historia en contra de los líderes de los grupos nacionalistas.
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La Fiscalía estadounidense pedía 33 años de cárcel para Tarrio, de 39 años, por considerar que fue el cabecilla de un complot para romper el centro de la democracia estadounidense al dirigir las actividades violentas contra el Congreso el día en el que se tenía que ratificar la victoria de Joe Biden.
“Si no tenemos una transición pacífica del poder, no tenemos nada”, afirmó este martes la Fiscalía en la audiencia en la que se leyó la sentencia y en la que participó Tarrio, vestido con su mono naranja de presidiario.
Durante el juicio, que duró un mes, los fiscales argumentaron que los Proud Boys se veían a sí mismos como soldados de infantería que luchaban por Trump mientras el republicano difundía mentiras de que los demócratas le habían robado las elecciones, y estaban dispuestos a ir a la guerra para mantener a su líder preferido en el poder.
“Desataron una fuerza en el Capitolio que estaba calculada para ejercer su voluntad política sobre los funcionarios electos y deshacer los resultados de una elección democrática”, escribieron los fiscales en su presentación. “Los soldados de la derecha pretendían mantener a su líder en el poder. Fracasaron. No son héroes; son criminales”.