“El premio es un recordatorio de por qué debemos seguir trabajando por el desarme y la no proliferación de armas nucleares. Y es una advertencia necesaria contra las amenazas directas de usar la bomba atómica”, dijo el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre.
La ICAN -por boca de su subdirector, Daniel Högsta- destacó, en un mensaje a EFE, que el premio llega “en un momento clave en el que el riesgo de utilización de las armas nucleares es muy alto, quizá mayor que nunca”.
“Creo que al recibir este premio tan grande, nuestras palabras podrán tener más peso”, dijo en una comparecencia en Japón Toshiyuki Mimaki, representante de Nihon Hidankyo.
Mimaki, que tenía 3 años cuando se produjo el lanzamiento de las bombas atómicas, mostró su deseo y el de los 114.000 “hibakusha” que aún viven por que se “acaben” las armas nucleares “mientras estemos vivos”.
Nihon Hidankyo sucede en el palmarés de este galardón a la iraní Narges Mohammadi, distinguida el año pasado por su lucha contra la opresión de las mujeres en su país.
El de la Paz es el único de los seis Nobel que se falla y se entrega fuera de Suecia, en Oslo, por deseo expreso del creador de los galardones, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia.