Sentados en la misma habitación, según Daniels, hablaron durante unas dos horas de diversos temas, como cuántas veces Daniels se tenía que hacer pruebas para ver si tenía enfermedades sexuales en su trabajo como actriz, y de la posibilidad de que ella apareciese en el programa de televisión de Trump.
También hablaron de la familia de Trump, y él le confesó que no dormía en la misma habitación que su esposa, Melania.
En un momento de la conversación, Daniels se cansó de que Trump fuese tan “arrogante y pomposo” en sus respuestas y lo amenazó con azotarle con una revista -en la que el magnate salía en la portada- en el trasero, lo cual terminó haciendo.
Poco después de esas declaraciones, el juicio paró para un descanso y cuando el jurado y Daniels estaban fuera de la sala, el juez dijo a los fiscales que no necesitaban entrar en tantos detalles.
Cuando Daniels regresó al estrado, la actriz relató que fue al baño en un momento dado y que al salir Trump ya estaba tumbado en la cama de forma insinuante en ropa interior.
Daniels indicó que pese a que no fue drogada ni tomó alcohol, no podía recordar “cómo terminó ahí”, pero sí que practicó sexo sin preservativo con Trump.
“Nunca dije ‘no’ porque nunca dije nada”, recordó la actriz.
Daniels señaló que luego volvió a ver a Trump en varias ocasiones y que en una de ellas el magnate intentó volver a tener relaciones, pero no pasó nada porque dijo que estaba con el periodo, y esa fue la última vez que se vieron en persona.
No obstante, hablaron por teléfono sobre la posibilidad de aparecer en su programa de televisión en varias ocasiones, algo que nunca se materializó.
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Trump escuchó todas estas declaraciones mirando al frente con el ceño fruncido.
El equipo legal de Trump pidió este martes al juez que la actriz no testifique sobre “detalles de cualquier acto sexual”, lo que fue aceptado por el juez Juan M. Merchan.
En el transcurso de las varias semanas del juicio, el primero de este tipo a un exmandatario, el exabogado de Daniels, Keith Davidson, dijo que negoció un pago de 130.000 dólares en 2016 para mantener el silencio de Daniels sobre esa aventura con el magnate en 2006.
El intermediario en esa negociación fue Michael Cohen, antiguo abogado y mano derecha de Trump, quien se espera ahora que sea uno de los testigos estrella de la Fiscalía.
El candidato republicano a las elecciones presidenciales de este año se enfrenta a 34 cargos, entre ellos el de falsificación de documentos comerciales para ayudar a encubrir una aventura extramatrimonial con Daniels.