El ultraderechista Partido Republicano, que paradójicamente siempre ha sido contrario al cambio constitucional pero logró el mayor número de escaños en el órgano redactor de la nueva propuesta, se juega mucho en esta elección y, según analistas, un posible triunfo le podría dar la hegemonía dentro del espectro conservador.
La jornada de votación transcurrió con normalidad y, aunque el sufragio es obligatorio, se cree que la participación será menor al 85 % registrado en el plebiscito del año pasado.
Según datos oficiales, más de 242.000 personas presentaron sus excusas para no ir a votar y evitar ser multados, el doble que el año pasado.
Si finalmente se rechaza el texto, seguirá vigente la actual Constitución y se cerrará -al menos durante el mandato presidencial de Gabriel Boric, que concluye en marzo de 2026- el debate constitucional iniciado tras el estallido social de 2019, la mayor ola de protestas desde el retorno a la democracia, en 1990.
“Independiente del resultado vamos a seguir trabajando por las prioridades de la gente”, dijo hoy presidente Boric.
El gobernante, que no se ha involucrado en esta elección, a diferencia de lo que hizo en el plebiscito del año pasado, votó en su natal Punta Arenas, en el extremo sur, y retornó horas después a Santiago para seguir el escrutinio.