“Cada vez que se usa fósforo blanco en áreas civiles concurridas, supone un alto riesgo de quemaduras insoportable y sufrimiento de por vida“, advirtió la directora de HRW para Oriente Medio y el norte de África, Lama Fakih.
El fósforo blanco es una sustancia química que se incendia al contacto con el aire y forma parte de varias municiones legales para producir cortinas de humo o señalizar o marcar objetivos, pero que produce gravísimas heridas difíciles de tratar y a menudo mortales si entra en contacto con la piel.
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Por ello, el uso del fósforo blanco contra personas está prohibido desde 1997 por la Convención de Ginebra.
HRW denuncia que el uso de esa arma en áreas “densamente pobladas de Gaza viola el requisito bajo el Derecho Internacional Humanitario de tomar todas las precauciones factibles para evitar las lesiones y pérdidas de vidas civiles”.
Sostuvo que ha documentado el uso de esta arma por parte de las fuerzas armadas israelíes en conflictos previos en Gaza e instó a su Gobierno a “vetar todo uso de municiones de fósforo blanco que explotan en el aire en áreas pobladas sin excepción”.
No se tiene constancia de que en estos días en Gaza se hayan producido heridos por causa del fósforo blanco.