Los ujieres le solicitaron que cesara el vapeo, pero la política se negó, haciendo caso omiso. En un principio, en declaraciones a medios de comunicación, Boebert dijo que fueron sacados por hacer demasiado ruido. Luego, además, se supo que estaba teniendo comportamientos presuntamente sexuales, por los tocamientos que el mujer hacía constantemente en su pierna.
La congresista tenía un invitado, quien constantemente le acariciaba los pechos. En un primer momento retó al cuerpo de vigilancia con un equivalente, en inglés, a “¿usted no sabe quién soy yo?”
El viernes pasado tuvo que salir a pedir disculpas:
“Los últimos días han sido difíciles y humillantes, y realmente lamento la atención no deseada que mi noche de domingo en Denver ha traído a la comunidad”.