Elecciones tranquilas
La segunda vuelta electoral que se celebró este domingo no tuvo mayores incidentes, aunque todas las miradas están puestas ahora sobre el Ministerio Público (Fiscalía), que desde el 12 de julio ha intentado suspender la candidatura de Arévalo de León y a su partido político, Movimiento Semilla.
Precisamente hace dos días el fiscal Rafael Curruchiche, sancionado por Estados Unidos, al igual que la cúpula del Ministerio Público, indicaron que este mismo lunes 21 de agosto podrían haber capturas en contra de miembros de Semilla por un supuesto caso de firmas ilegales en 2018.
Independientemente de lo que suceda en los próximos días, la victoria de Arévalo de León refleja el cambio de rumbo elegido por los guatemaltecos para darle la espalda a los partidos tradicionales y de derecha que han gobernado el país desde hace 70 años.
Considerado un partido progresista y de izquierda moderada, la agrupación Movimiento Semilla nació de la mano de las manifestaciones anticorrupción registradas en 2015 en Guatemala y que llevaron a la caída del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015) por un escandaloso y millonario caso de sobornos.
Arévalo De León, quien actualmente es diputado, llegó al balotaje impulsado por un sólido voto urbano, con la promesa de combatir la corrupción en el país centroamericano y la intención de emular la presidencia de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, quien gobernó el país entre 1945-1951.
El presidente recién electo no ha anunciado su gabinete de Gobierno para el período de cuatro años que iniciará el 14 de enero próximo en reemplazo del actual mandatario, Alejandro Giammattei.
Al respecto, Giammattei dijo este domingo que se llevará a cabo una “transición ordenada” cuando el Tribunal Supremo Electoral oficialice el triunfo de Arévalo de León, que de paso fue felicitado por el presidente con una llamada telefónica.