Antes de abandonar el juzgado, Trump tuvo que aceptar una serie de condiciones, impuestas por la jueza y acordadas por las partes litigantes, para seguir en libertad, como no violar la ley federal o estatal, aparecer en la corte cuando se le requiera y no comunicarse con los testigos a menos que sea a través de sus abogados o en presencia de ellos.
Durante la sesión, Trump estuvo sentado en la sala junto a sus abogados, John Lauro y Todd Blanche, y a unos pocos metros de Smith, que ha liderado la investigación contra él en este caso y en la causa por los documentos clasificados hallados en su mansión de Mar-a-Lago (Florida).
Fuera del juzgado E. Barrett Prettyman, sede de la corte, cientos de periodistas, seguidores y detractores de Trump estaban agolpados frente al perímetro de seguridad del edificio, muy próximo al Capitolio, como pudo comprobar EFE.
El exgobernante está imputado en esta causa por los sucesos ocurridos entre las elecciones del 3 de noviembre de 2020, que perdió frente al demócrata Joe Biden, y después del 6 de enero de 2021, cuando una turba de sus seguidores irrumpió en el Capitolio mientras se celebraba una sesión de las dos cámaras del Congreso para ratificar la victoria de su contrincante.
Después de la comparecencia de hoy, Trump se marchó en un vehículo en dirección al aeropuerto Ronald Reagan, en las afueras de la capital, para tomar su avión personal, el Trump Force One, en dirección a Nueva Jersey, donde tiene un club de golf en Bedminster.
Antes de partir, el expresidente afirmó en declaraciones a los periodistas a pie de pista que lo que le está pasando es “una persecución de un oponente político. Se supone que esto nunca tendría que haber pasado en EE.UU.”
Con semblante contrariado, denunció que se le está persiguiendo por liderar los sondeos para las primarias republicanas del próximo año, en las que se elegirá al candidato de su partido para los comicios presidenciales de noviembre de 2024, y por estar por delante del presidente Joe Biden en las encuestas.
Aseguró que para él ha sido “un día muy triste” y que le ha resultado también “muy triste” venir a Washington y ver “la suciedad y la decadencia, y todos los edificios y muros dañados, con grafiti…”.
“Este no es el sitio que yo dejé”, apuntó el expresidente.
Esta es la tercera imputación penal de Trump, que este año ha sido acusado también en Nueva York por un supuesto soborno a la actriz porno Stormy Daniels -con la que mantuvo un “affaire” en el pasado- durante la campaña electoral de 2016 para comprar su silencio, y en Florida por llevarse y mantener ilegalmente en su mansión de Mar-a-Lago documentos clasificados de la Casa Blanca.