Putin encargó seguir muy de cerca la evolución de los acontecimientos en esa zona a Serguéi Narishkin, jefe del Servicio de Espionaje Exterior (SVR), que también participó en la reunión.
Según Narishkin, el motivo de esos planes de Polonia es que en Varsovia están llegando a la conclusión de que “la derrota de Ucrania es solo cuestión de tiempo”.
Al respecto, Putin insistió en que los patrocinadores occidentales de Kiev están “claramente decepcionados” con la contraofensiva ucraniana, que comenzó el 4 de junio, en la que habrían muerto “decenas de miles” de soldados enemigos.
También destacó que los arsenales de la OTAN están, “en gran medida, agotados”, mientras los ritmos de producción de armamento en Occidente no le permiten reponer con rapidez el armamento y la munición en el frente.
El ministro polaco de Servicios Especiales, Stanislaw Zaryn, alertó este viernes de “intentos de infiltración a gran escala” de “agentes al servicio de Rusia” y recordó que en los últimos 14 meses se ha detenido a 22 personas acusadas de espionaje.