Surat Thani, masificada
La cárcel de Samui en la que se encontraba Sancho es considerada “amable” en Tailandia por su baja densidad y sus medidas de seguridad más laxas, pero el centro no aloja a presos condenados a más de 15 años de cárcel.
Por su parte, el presidio de Surat Thani acoge a reos con castigos desde los 15 años hasta la pena de muerte, tiene un módulo de alta seguridad y dos áreas comunes para presos, según indica su página web.
Contactada por EFE, desde la prisión declinaron especificar en qué zona será instalado Sancho e indicaron que hay otros reos extranjeros, también de Europa.
La cárcel de Surat Thani padece según algunos informes de “masificación”, y está unas diez veces más poblada que la de Samui, con 4.730 prisioneros y 626 prisioneras, según cifras del Departamento de Correccionales.
En una zona despoblada y rodeada de campos de cultivo, la prisión cuenta con instalaciones nuevas, inauguradas en febrero de 2023, a unos 15 kilómetros al este de la ciudad de Surat Thani (más de 600 kilómetros al sur de Bangkok).
Apelaciones
Sancho, hijo del actor español Rodolfo Sancho y de la analista de inversiones Silvia Bronchalo, confesó inicialmente el crimen pero después y durante el juicio mantuvo que la muerte de Arrieta, con quien quedó en la isla tailandesa de Phangan el día de los hechos, se debió a un accidente.
Ambos progenitores visitaron hoy a su hijo en la prisión de Samui antes de que fuera traslasdado a Surat Thani.
El español aún puede presentar dos recursos, uno al Tribunal de Apelaciones y otro al Supremo de Tailandia, antes de que la condena se firme, algo que ya adelantaron que harían sus asesores legales.
El español fue condenado el jueves también a pagar una indemnización a la familia de Arrieta de 4 millones de bat (casi 119.000 dólares o alrededor de 107.000 euros).
El pago de la compensación es una condición sine qua non para que Sancho pueda pedir el traslado a España, para lo que existe un convenio de 1987 y algo que solo es posible una vez haya condena firme.
Prácticamente desconocido hasta que saltó a los medios el suceso, el español, también nieto del actor Sancho Gracia, se formaba para chef y trabajaba como relaciones públicas cuando conoció a Arrieta, cirujano colombiano, a través de las redes sociales meses antes del crimen.