La resolución, presentada por la delegación de Estados Unidos, también subraya la necesidad de proteger las instalaciones diplomáticas y el personal residente en Venezuela, así como a quienes soliciten asilo en estas instalaciones, en conformidad con el derecho internacional y las convenciones de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares.
El embajador de EE. UU., Frank Mora, enfatizó la importancia de una verificación imparcial del proceso electoral: “La transparencia en este proceso no es un mero requisito de procedimiento. Promueve la confianza de los venezolanos que merecen conocer el verdadero resultado de sus votos, un resultado que refleje su voz colectiva, libre de manipulaciones. La legitimidad del proceso electoral, de hecho, el futuro de Venezuela requiere que la verificación se lleve a cabo sin sesgos y con la máxima integridad.”
Esta resolución marca un esfuerzo concertado para evitar la escalada de tensiones y promover una salida pacífica a la crisis en Venezuela. Sin embargo, el panorama político sigue siendo complicado. En la sesión anterior del 31 de julio, una resolución similar fue rechazada por falta de votos suficientes, con 17 apoyos de los 18 necesarios para su aprobación. En aquella ocasión, varios países, incluyendo Colombia, se abstuvieron, y la resolución no pudo prosperar.
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En esta ocasión, México, Bolivia, Honduras y San Vicente y las Granadinas no asistieron a la sesión y, por ende, no formaron parte del consenso alcanzado, que incluyó a representantes de Bogotá y Brasilia. Esta falta de presencia resalta las diferencias de postura entre los países miembros sobre cómo abordar la crisis venezolana.
El futuro de la situación en Venezuela continúa siendo incierto, pero la OEA sigue desempeñando un papel activo en la búsqueda de soluciones que puedan contribuir a la estabilidad y al respeto de los derechos fundamentales en la región.