Las autoridades han negado que estos desalojos tengan algún tipo de conexión con los Juegos Olímpicos de París que arrancan en pocos días, lo que para muchos es evidente. Lo cierto, es que esta acción ha sido duramente criticada por organizaciones humanitarias y voces críticas dentro del país, quienes consideran que se está priorizando la imagen del evento por encima de los derechos básicos de las personas más vulnerables.
El desalojo se llevó a cabo con un gran despliegue policial, lo que aumentó la tensión en la zona y provocó escenas de angustia entre los residentes del campamento y sus partidarios. Imágenes de familias siendo desplazadas a la fuerza de sus hogares improvisados han circulado ampliamente en las redes sociales, avivando el debate sobre la ética y la humanidad de las decisiones tomadas en nombre del deporte y el prestigio internacional.
Aún no ha sido claro qué pasará con los inmigrantes desalojados, aunque muchos ciudadanos exigen a las autoridades locales proporcionar opciones de reubicación y apoyo a los afectados.