Henry concluye su carta agradeciendo al pueblo haitiano por la oportunidad de haber servido al país “con integridad, sabiduría y honor”.
Un Consejo de Transición para superar la crisis
La formación del Consejo Presidencial de Transición este jueves es el primer paso hacia la creación de nuevas instituciones que ayuden a superar la crisis que sufre Haití, al menos a nivel institucional, una situación descontrolada por la violencia de las bandas armadas y a la larga espera de la misión multinacional autorizada por las Naciones Unidas.
La violencia estalló en Puerto Príncipe el 29 de febrero cuando se supo que Henry, que no fue elegido sino designado tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, planeaba posponer las elecciones hasta agosto de 2025, a pesar de que su mandato ya había expirado el 29 de febrero.
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El día del anuncio de Henry, el poderoso líder de una pandilla y exoficial de policía Jimmy Cherisier, también conocido como ´Barbecue´, declaró que estaba lanzando una “revolución” para derrocar a Henry del poder y encabezó una coalición de pandillas llamada Vivre Ensemble contra edificios gubernamentales, la comunidad internacional, el aeropuerto de Puerto Príncipe y prisiones, de las que liberaron a unos 3.600 presos en un solo día.
Henry, que se encontraba en plena gira internacional, no pudo regresar a la isla y la presión internacional de Estados Unidos y la Comunidad de Naciones del Caribe lo llevó a anunciar el 11 de marzo que renunciaría una vez que se formara un consejo de transición.
El conflicto en Haití empeora día a día
La situación en Haití ha sido muy difícil en los últimos años, marcada por una serie de crisis políticas, económicas y sociales. Desde la devastadora secuela del terremoto de 2010, que dejó al país en una situación desesperada, hasta las tensiones políticas y la inestabilidad gubernamental, el país ha enfrentado numerosos desafíos.
Las tensiones políticas y la falta de liderazgo efectivo han obstaculizado los esfuerzos para abordar los problemas de fondo que enfrenta el país, como la pobreza extrema, la corrupción y la falta de infraestructura básica.
De hecho, el primer trimestre de 2024 ha sido el más sangriento en el país desde 2022, cuando empezó la peor ola de delincuencia y criminalidad en los últimos años.
En total, se registraron 2.500 casos de muertes violentas o heridas graves causadas por bandas criminales, lo que supone un 53 % más en relación con el que hasta ahora era el trimestre más violento, que fue el inmediatamente anterior (octubre-diciembre de 2023), según cifras de la ONU.