“No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos”, señaló el papa.
Y agregó: “Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota”.
En su mensaje de Pascua, el papa también lanzó un advertencia: “No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo” y “que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”.
“La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón“, destacó.
E instó en todos los conflictos a “respetar de los principios del derecho internacional”.
Mientras que urgió a “un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania”. “¡Todos por todos!”, aseveró.
También pidió no olvidar Siria, que lleva catorce años sufriendo o el Líbano, afectado desde hace tiempo por un bloqueo institucional y por una profunda crisis económica y social, agravados ahora por las hostilidades en la frontera con Israel e instó a continuar las conversaciones entre Armenia y Azerbaiyán.
Así como pidió “consuelo a las víctimas de cualquier forma de terrorismo” y rezos “por los que han perdido la vida e imploremos el arrepentimiento y la conversión de los autores de estos crímenes”.