Jajarkot fue escenario de un terremoto de magnitud 6,4 en la noche del pasado viernes, según el Centro Nacional de Monitoreo e Investigación de Terremotos de Nepal. El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, en inglés) rebajó esta cifra a 5,6.
Las dos regiones del país del Himalaya afectadas se caracterizan por su carácter montañoso y difícil acceso por carretera, lo que ha complicado las labores de rescate.
El subinspector adjunto de la estación de Policía de Jajarkot, Narendra Gautam, señaló a EFE que en buena parte de las zonas afectadas no hay red de telefonía móvil ni electricidad.
Kadayat afirmó que los equipos de búsqueda han logrado acceso a la mayoría de zonas afectadas por el sismo, y precisó que las operaciones continuarán el domingo.
Por su parte, el Ejército nepalí ha movilizado cinco helicópteros y un avión evacuando hasta ahora a unos cuarenta heridos en ambos distritos a la ciudad de Nepalgunj y a Katmandú, según Bhandari.
Nepal se encuentra entre los países más propensos a desastres naturales y cuenta con una población muy vulnerable, mayormente pobre, además de carecer de infraestructura suficiente para hacer frente a inundaciones o terremotos.
Un sismólogo del Departamento de Geología gubernamental, Mukund Bhattarai, afirmó a EFE que el elevado número de víctimas en Jajarkot y Rukum Occidental se debió a la estructura de las casas en la región.
“Muchas de las casas en estas zonas están construidas con barro y piedra y están edificadas sobre terrenos escarpados”, dijo, comparando el sismo de ayer con otros similares en otros distritos donde las estructuras son más resistentes.
A esto se añade el momento en el que el terremoto golpeó, cerca de la medianoche.
“No les dio tiempo a correr“, lamentó.
El 25 de abril de 2015, un terremoto de magnitud 7,8 sacudió Nepal, derribando edificios de varios pisos en Katmandú, y provocó deslizamientos de tierra y avalanchas en las montañas. Casi 9.000 personas murieron y más de 22.000 resultaron heridas.
Aquella catástrofe dejó además a cientos de miles de personas sin hogar y causó daños valorados en cerca de 6.470 millones de euros. Más de siete años después del seísmo, las labores de reconstrucción no han finalizado.